La felicidad es el anhelo del ser humano pero, ¿compensa el dinero lo suficiente como para ser feliz? ¿Es verdad que ser poseedor de grandes recursos económicos es sinónimo de estabilidad y bienestar en la vida? Estas son muchas de las preguntas que se hace cualquier persona que no llega a fin de mes con lo que gana o no puede permitirse lo que realmente le gustaría.
Desde que nacemos hasta que morimos, estamos en una carrera competitiva por ser mejores, por alcanzar metas y sueños que desde muy jóvenes nos marcamos o nos dicen que hay que conseguir, pero que a veces no nos paramos a pensar en sus consecuencias…
¿Felicidad? Poderoso caballero es Don Dinero
Ya lo decía Francisco de Quevedo en uno de sus poemas. Y es que el vil metal siempre nos trae de cabeza para poder llevar una vida lo más holgada posible. A unos les sonríe y a otros les da la espalda, pero al final, todo el mundo hace uso de ello en mayor o menor medida. No hay otra. Y la forma de conseguirlo es la clave.
Hombre rico, hombre pobre
A algunos le sonará este titular a miniserie de televisión y a otros les recordará al best seller ‘Padre rico, padre pobre’ de Robert T. Kiyosaki. Pero aunque el sentido de este post no va totalmente por esos derroteros, el caso es que me viene al pelo para resaltar ambas figuras:
- Por un lado, la de una persona de éxito en lo mundano gracias a su estatus socioeconómico pero con dudas en lo espiritual.
- Por otro, la imagen de desgracia e infortunio, con una vida que anhela poseer alguna vez una gran fortuna en pos de la ¿felicidad?
Sin ir más lejos, buscando a alguien que sea la viva imagen del dinero, me viene a la mente la figura de un rico y miserable ser, a la vez que frágil y poderoso. Hablo del Sr. Burns. Creo que casi todo el mundo conoce el perfil de este personaje animado de humor actual pero, aunque se trate de alguien de ficción, ¿estarías dispuesto a ser tan ruin a cambio de su fortuna? ¿Es posible ser adinerado sin perder paz interior ni calidad humana como le ocurre al viejo Burns?
Y he aquí el dilema que nos ocupa: Cómo saber si el dinero hace rico tu interior y no sólo lo material. Qué vías o fórmulas seguir para llegar a buen puerto. Y si merece la pena pornerse a ello para lograr la felicidad o algo que se le parezca ¡Vamos a verlo!
Qué hacer para triunfar en la vida
¿Me lo cuentas o me lo preguntas? Dirás como lector atónito y escéptico. Y no te quito razón. Es algo muy complejo. Pero puestos a hablar de ello… ¿Quién no ha deseado alguna vez ganar el premio gordo de la lotería para hacerse millonario? Todos los humanos lo hemos pensado alguna vez . Pero claro, ese ‘pelotazo’ sólo está destinado para un grupo selecto de afortunados jugadores. Esta es una posibilidad de salir de la miseria a muy corto plazo pero, siendo realistas, es muy poco probable que suceda.
También hay otras opciones que pueden ser más asequibles. Sobre todo con el sudor de tu frente, luchando como un ‘currante’ de toda la vida, dedicándote al oficio que más te guste o, simplemente, esforzándote en el que has podido trabajar porque no has tenido la oportunidad de elegir. Con el tiempo, si el paro no te ha afectado demasiado, eres ahorrador y sabes distribuir bien tus honorarios, puede que en el futuro dispongas de un buen colchón de dinero para disfrutar de una vejez relativamente acomodada.
Por supuesto, también hay otras opciones. Una de ellas es la libertad financiera que te puede suponer dedicarte a lo que te gusta de forma independiente, es decir, sin jefes que te atosiguen ni estrictos horarios que cumplir. Pero tampoco te ilusiones pensando que te vas a encontrar con un chollo para ganar dinero. Esta forma de trabajar también tiene sus inconvenientes y obligaciones que cumplir si deseas triunfar plenamente.
Ventajas e inconvenientes de trabajar en casa
La casa no se empieza por el tejado. Eso es una verdad como un templo. Se necesita de formación y adoptar una serie de hábitos si se quiere llevar la práctica con éxito. Por eso, el teletrabajo es algo que hoy en día cada vez es más habitual.
Lo positivo
Hay muchos factores para defender el teletrabajo. Y es que el hecho de tener tu oficina en casa supone grandes ventajas:
- Evitas gastos de transporte y dietas.
- No tienes que devanarte los sesos para saber qué ropa ponerte todas las mañanas para ir a trabajar.
- No tienes que aguantar el aliento en la nuca de un jefe que te atosiga desde que entras.
- Te libras de compañeros pelotas y trepas o gente con la que el trabajo en equipo es insufrible.
- Libertad de horario para disfrutar más de la familia o cualquier otra cosa que te haga feliz.
Y muchas otras razones que seguro me dejo en el tintero. Y es que son bastantes las razones para conseguir la felicidad en tu trabajo desde casa.
Lo negativo
Sin embargo, aunque todo parezca positivo a la hora de llevar por bandera la libertad financiera deseada, existe también su lado negativo. Detalles que pueden echarte atrás a la hora de tomar la decisión de trabajar de esta manera por las trabas que vas a encontrar o los problemas que supone llevar este estilo de vida. Por ejemplo:
- Tantas horas, días y meses trabajando aislado de otras personas puede ser negativo. La comunicación on line es genial, pero perder el trato diario en persona hay quien no lo lleva bien.
- Estar en casa trabajando puede parecerte una gran idea, pero estar en contacto con mujer, hijos u otros miembros de la familia en horas de trabajo puede ser poco productivo, dando lugar a muchas distracciones.
- El trabajo en equipo siempre es importante. Y aunque se puede llevar a cabo por Internet, no es lo mismo que una reunión con otras personas en una sala donde se exponen ideas, sugerencias o se resuelven problemas entre todos de manera más natural.
- Compartir un café o un desayuno con otras personas en tu rato de descanso puede despejar la mente y venir bien para liberar tensiones. En casa, aunque tengas otros miembros del núcleo familiar para hacerlo, no es lo mismo.
- El hecho de no tener a nadie que te exija ni un horario que cumplir. Además de tener la comodidad de trabajar en pijama, aunque parezca el paraíso de la felicidad para el trabajador, puede suponer un acomodo excesivo y perjudicial a la hora de rendir ganando dinero.
Y aquí también podría seguir enumerando, en este caso, los inconvenientes de trabajar desde casa. Pero como no quiero cansar ni aburrir a nadie, que cada uno saque sus propias conclusiones.
Conclusión
En resumidas cuentas, me atrevo a decir que ni algunas cosas son tan malas como las pintan ni es oro todo lo que reluce. Es cuestión de saber elegir, adaptarse a lo que realmente se desea y esforzarse por conseguirlo.
También hay que tener en cuenta que no todo el mundo está preparado para determinados trabajos. Hay veces que hay que tomar decisiones y pararse a pensar si es buena idea aferrarse a algo que no te va bien y si de verdad no te ilusiona para lograr algo de felicidad en tu vida.
Entiendo que a veces no queda remedio a la hora de hacer una tarea tediosa para poder subsistir, pero en tus manos está y estará siempre dar un cambio a tu vida y luchar por tus sueños. Y recuerda que no es más rico quien más tiene, sino el que menos necesita. Cuanto antes aprendas eso, más cerca de la felicidad te encontrarás.